Extensos bosques de encinas y alcornoques surten a la Dehesa de Jabu de bellotas, hierbas aromáticas y trébol. De esto se alimentan exclusivamente los animales de los que después se obtiene este jamón. La naturaleza es la que condiciona y el resultado es un producto excepcional, donde la mano del hombre interviene en cada proceso de elaboración, siempre de manera artesanal. Porque cada jamón en Jabu es una pieza única.